Siempre me gustó mi hermana, pero últimamente estaba más guapa que nunca y con 21 años tenía ya un cuerpo impresionante. Últimamente estoy teniendo pensamientos sexuales en los que tengo sexo con ella, sobre todo por las noches cuando me masturbo. En uno de esos momentos de excitación pensé en hablar con su novio (mi cuñado) para que me ayudara a follarme a mi hermana y lo increíble de esta historia de incesto real es que mis sueños se hicieron realidad…
Mi hermana tiene el pelo muy moreno pero con mechas rubias, es bastante alta y tiene los ojos verdes más grandes y bonitos que he visto en mi vida. Podría decir que es la chica perfecta porque además es muy sexy y como os he dicho tiene un cuerpo simplemente perfecto. Además es muy deportista y como es normal tiene todo muy duro y bien puesto.
Ella es bastante seria y por lo tanto tenía claro que jamás podría confesarle lo que siento por ella. Yo sabía que no era virgen porque la he pillado más de una vez teniendo sexo con mi cuñado. La última vez los pillé totalmente desnudos, ella estaba tumbada boca arriba con las piernas en los hombres de su novio y él se la follaba salvajemente. Yo creo que desde ese momento me empezó a excitar mi hermana porque fue cuando la vi por primera vez totalmente desnuda.
Un día nos quedamos solos en casa mi cuñado y yo y estuvimos bebiendo mucho alcohol. Hablando de su hermana yo le dije que tenía mucha suerte porque estaba buenísima y él me dijo que sonaba extraño porque yo era su hermano. Sin embargo, entendía perfectamente que me sintiera atraído por ella puesto que yo al fin y al cabo era un hombre y ella una mujer.
Con lo borracho que iba se me fue la boca y fue cuando le dije que en realidad soñaba con follármela. Mi cuñado era un tío muy abierto y me confesó que él también había pensado tener sexo con su hermana alguna vez, por lo tanto me entendía totalmente. Una vez hubimos intimado tuvo el valor suficiente para decirle la verdad y contarle mi plan: quería que le pusiera una venda a mi hermana y yo cambiarme por él sin que ella se diera cuenta… Él escuchaba atentamente y pensé que se iba a enfadar conmigo, pero todo lo contrario, de repente me dijo: de acuerdo, ¿pero qué consigo yo a cambio?. Dios, me recorrió una emoción y una excitación indescriptible por todo el cuerpo porque estaba aceptando mi oferta a cambio de algo.
Como él era también un gran deportista y le encantaba el fútbol como a mi, le dije que le daría mi pase para ver todos los partidos de nuestro equipo local durante lo que restaba de temporada. Aún así le dije que se lo pensara porque habíamos bebido demasiado y entonces me fui a mi habitación y él a su casa. No pude dormir en toda la noche esperando la respuesta de mi cuñado y reconozco que lo pasé mal. A la mañana siguiente recibí una llamada sobre el mediodía y era él. Yo estaba nerviosísimo y sin rodeos me dijo que sí, que aunque no le gustaba la idea de que otro tío se follase a su novia, que haría lo posible para cumplir mi sueño. Estoy seguro de que también le excitaba todo aquello pero no me lo dijo.
Quedamos en que la próxima vez que quedara para follar con mi hermana yo debería en casa, pero él le diría que yo no estaba porque de ser así mi hermana no aceptaría a tener sexo con él porque dice que le da vergüenza. Después él le quitaría le ropa y la pondría a 4 patas, le ataría las manos a la cama y pondría música a todo volumen para que ella no escuchara nada raro. Después, saldría de la habitación y yo la tendría para mi solo y me la follaría a lo perrito.
Llegó el día, era Sábado y mi cuñado había quedado con mi hermana para cenar porque mis padres se iban a pasar el fin de semana fuera. Le dijo que yo no estaría en casa porque me iría a dormir a casa de un amigo y a ella le pareció un buen plan. Uffff, se me salía el corazón por la boca solo de pensar en lo que iba a hacer, pero no podía echarme atrás; ¡era ahora o nunca!. Estuve un rato hablando con ellos y luego les dije que me iba a casa de mi amigo Jose Luis a dormir. Desde ese momento no había manera de que se me bajara la polla y me hice un par de pajas para no correrme rápidamente cuando me estuviera follando a mi hermana.
Esperé el tiempo que me dijo mi cuñado y luego entré en casa sigilosamente. Ya habían cenado y estaban hablando en la habitación, ambos sonreían y se notaba que estaban en plan cariñoso como sueles estar antes de tener sexo con tu pareja. Imaginé que él la estaría desnudando poco a poco y no me equivoqué porque al poco tiempo escuché la música muy fuerte. Acto seguido mi cuñado salió de la habitación, me guió el ojo y me dijo: pásatelo bien, pero no te corras dentro…
Cuando entré en la habitación creí morir, mi hermana estaba tal y como habíamos acordado en la postura del perrito con las piernas separadas, las manos atadas y una venda en los ojos. Cuando notó que me acercaba giró la cabeza y me dijo: fóllame cariño, lo estoy deseando.
Hice bien en masturbarme un par de veces antes porque de lo contrario no habría aguantado ni un minuto sin eyacular. Aquello parecía un sueño y mi intención es, además de disfrutarlo yo, que mi hermana tuviera los máximos orgasmos mientras la penetraba. Su coño era perfecto, estaba rosatido, húmedo y totalmente depilado. Me acerqué para olerlo mientras abría sus labios vaginales y me gustó tanto el olor de su flujo que noté cómo me salía a borbotones el líquido preseminal.
Ya no aguanté más y empecé a comérselo metiendo la lengua y lamiendo por todos los rincones. Creo que mi cuñado jamás se lo había comido así y lo noté enseguida porque en cuestión de segundos empezó a gritar y se corrió en mi boca abundantemente. Me lo tragué todo y estaba feliz porque había sido muy fácil hacer que mi hermana se corriera, pero eso era tan solo el principio y aún me quedaba un buen rato para seguir disfrutando de ella.
Quería hacerle tanto que no sabía si follármela o seguir comiéndole el culo, las tetas y el coño, vamos, comérmela de arriba a abajo. Empecé a comerle los pezones con dureza y notaba que ella estaba algo incómoda, así que supuse que su novio era mucho más suave a la hora de hacerlo con ella. Yo seguí a mi ritmo y mientras le comía las tetas empecé a masturbarla rápidamente, a lo que ella volvió a gritar y tuvo de nuevo otro orgasmo intenso en mis manos. Me las dejó chorreando.
Ya era momento de penetrarla pero yo tenía una polla bastante más grande que la media (24 centímetros). ¿Notaría la diferencia?, aquello me ponía nervioso pero no tenía otra opción. Empecé a restregar mi capullo por su chocho copletamente mojado y aproveché su flujo para meterla con facilidad, aunque quise meterla lentamente por si le dolía. Separé un poco más sus piernas y empecé a darle rabo lentamente pero sin parar.
Estaba sorprendido porque aguanté más de lo que pensaba quizá por lo de saber que me estaba follando a mi hermana. Aproveché esos momentos para mastubar su clítoris mientras me la follaba y una tercera vez volvió a correrse. En ese momento pensé que ya era más que suficiente, por lo que la agarré de las nalgas y empecé a follármela más rápidamente con la intención de terminar aquello vaciando mis pelotas. Pero, ohhh nooo, se me había olvidado que ni siquiera me había puesto condón y no sabía si ella tomaba precauciones con su novio. Mierda, se nos había escapado una parte importante del plan, pero era difícil controlarme en ese momento y opté por correrme dentro de ella.
Así lo hice, jadeando como si hubiera estado corriendo a toda velocidad una hora, expulsé todo mi semen el cual se introdujo hasta la última gota dentro de mi hermana. Ella también estaba extasiada y ambos nos quedamos abrazados unos minutos hasta que nuestras pulsaciones volvieran a estar en estado normal. De repente pensé que podría quitarse la venda y salí de la habitación corriendo. Mi cuñado estaba fuera desnudo y rápidamente entró, dándome el relevo para que ella no sospechara nada.
Después de eso estuve tres días sin ducharme porque no quería que el olor del sexo de mi hermana se fuera de mi. Me pasé todo el tiempo oliendo mis manos y es que era el olor de coño más intenso y a la vez más agradable que había olido en mi vida. A partir de entonces todo siguió entre nosotros tres como si nada; yo hablando con mi cuñado como si no hubiera pasado nada y con mi hermana manteniendo la misma relación que antes de follármela.
Lo fuerte viene a partir de ahora y es que al cabo de unos meses mi novia rompió con mi cuñado porque dijo que le había puesto los cuernos. ¿Qué hizo entonces el muy cabrón?, pues contarle la verdad y ella vino a mi súper enfadada preguntándome si era cierto que yo había tenido sexo con ella el día que le puso la venda…
Tenía dos opciones, o decir que era mentira o decir la verdad para ver cual era su reacción. Opté por la segunda de las opciones porque deseaba volver a sentirla dentro de mi, pero evidentemente empezó a gritarme y a decir que era un cerdo. En un momento dado de la discusión me preguntó: ¿pero realmente fuiste tú quien hizo que tuviera 4 orgasmos?, a lo que yo le contesté que si. Entonces me dijo: eres un cabrón, jamás nadie me había follado así… y se marchó de mi habitación.
¿¿¿Me estaba diciendo en toda mi cara que le había gustado???, joder, era como uno de los mejores relatos de incesto que había leído con la diferencia de que en este caso era completamente real . Tenía la mente nublada y no podía acabar de creer lo que me acababa de decir la zorra de mi hermana. Así estuve un par de horas con cara de tonto pensando en si realmente volveríamos a tener sexo, pero esa misma noche comprobé que sí, que ella también lo estaba deseando, pero eso os lo contaré en el siguiente capítulo…